En España el jamón es uno de esos ingredientes que nunca está ausente en cualquier ocasión especial, sea una tertulia entre amigos, una celebración familiar o cualquier otro tipo de encuentro. Entonces, saber cómo presentar el jamón en la mesa es vital para dar un toque de distinción y elegancia esta tapa, al momento de ofrecerla en tus reuniones.
El corte del jamón
Por mejor que sea la calidad de la pieza adquirida, no podrás disfrutar a plenitud su sabor, si esta no se filetea adecuadamente. Según los expertos, la lonja de jamón perfecta es aquella de espesor muy fino, y que luce casi transparente, veteada de grasa y con un aspecto brillante. La finura del corte permite disfrutar los diferentes matices de sabor que brinda el jamón.
A muchos comensales no les agrada la grasa del jamón, pero no por ello debes retirarla al momento de presentarlo, ya que es preferible que quien quiera se la quite. Recuerda que la grasa, además de ser parte importante de la presentación al dar un aspecto veteado y brilloso, protege a la lonja de la humedad.
La mayoría de las personas, por no ser expertos en el corte de una pieza de jamón, lo adquiere ya fileteado. Si este es tu caso, no olvides exigir a tu proveedor cortar el jamón en lonjas muy finas. Y es importante que durante el fileteado las lonjas caigan directamente sobre la bandeja, sin que toque su mano. De esta forma se evita que se transmitan bacterias al jamón, que pueden afectar su sabor, y en casos muy extremos, transmitir alguna enfermedad.
Cómo emplatar el jamón ibérico
Hay diferentes estilos para presentar el jamón, y puedes usar uno u otro dependiendo de la formalidad y elegancia que quieras imprimir a tu reunión. A continuación te describimos los estilos más usados al empatarlo.
Tradicional
La forma tradicional de presentar el jamón es distribuir las lonjas sobre un plato llano de color blanco uniforme. La mejor distribución sobre un plato circular es la radial, colocando las lonjas de forma tal que queden lo menos superpuesta posible. Si empleas un plato rectangular, puedes colocar lonjas de jamón cortas, ubicándolas paralelas a la dirección de su diagonal. Si acompañas con queso, corta el mismo en forma de triángulos en el primer caso, y en forma de rectángulos en el segundo.
Entablado o rústico
El estilo entablado o rústico, que rememora un ambiente campestre, consiste en presentar el jamón en una tabla de madera. Generalmente se sirve enrollando las lonjas, conformando pequeños cilindros no compactos, o colocándolas una al lado de otra, de forma tal que estas asemejen olas u ondas.
El jamón suele colocarse en un sector de la tabla, y en otras zonas de ella se ubican sus complementos, tales como queso, pimiento, frutas picadas o pan. Puedes adornar la tabla con hojas verdes, como las de laurel o perejil.
Un consejo final: si quieres acompañar con alguna salsa, nunca coloques la salsera sobre la tabla, hazlo aparte. De esta forma evitas que accidentalmente se derrame la salsa sobre las lonjas.
Innovador
Este estilo rompe todos los esquemas tradicionales, y aporta un toque artístico a la presentación del jamón y sus acompañantes. Se basa en explotar la simetría radial (si se usa un plato redondo) o la axial (en caso que se use uno rectangular) para crear un diseño espacial elegante.
Una forma muy refinada pero laboriosa de presentar el jamón con este estilo es colocar las lonjas sobre un plato llano blando, en disposición radial. Y sobre ella y al centro colocar alguna figura tridimensional, elaborada con lonjas de jamón serrano. Por ejemplo, con un poco de paciencia puedes elaborar con este ingrediente una flor tridimensional, que seguro será la sensación de tu reunión.
Temperatura
Un aspecto que debes cuidar al momento de la presentación es la temperatura, tanto del plato como del propio jamón. En ambos casos la recomendada es entre 20 °C y 30 °C, por lo que en la mayoría de los casos, la del ambiente resultará la ideal. Y es que en dicho rango de temperatura, la grasa del jamón comienza a ser untuosa y desprende sus mejores aromas.
No hace falta que almacenes el jamón ibérico en el refrigerador, pero si lo haces, debes retirarlo de allí antes de servirlo y dejarlo a temperatura ambiente el tiempo requerido para que se tempere. Tampoco es necesario ni producente enfriar en el refrigerador el plato empleado para presentarlo. Ello debido a que en la medida en que la temperatura resulta baja, se dificulta que las lonjas se separen entre sí.